¿Quién no soñó alguna vez ser astronauta? Desde niños, tenemos una fascinación con el espacio exterior, y pensamos que alguna vez podríamos ser nosotros mismos quienes estuviéramos despegando a bordo de un transbordador, flotando en el espacio sin gravedad o incluso pisando satélites y otros planetas.
La realidad es que muy pocas personas tienen la suerte de ser seleccionadas como astronautas tras rigurosas pruebas y selecciones. Sólo dos mexicanos han conseguido ese sueño. El primero fue el guerrerense Rodolfo Neri Vela. Su participación se dio gracias a un programa de colaboración entre la NASA y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México.
Neri Vela fue parte de la tripulación del Transbordador Espacial Atlantis, el 26 de noviembre de 1985. Su rol fue el de especialista de carga en una misión de siete días, con el objetivo de poner en órbita tres satélites: el Morelos II (México), AUSSAT-2 (Australia) y SATCOM (Estados Unidos).
Pero Neri Vela no es el único. Hace unos días la joven Katya Echazarreta, de 26 años, fue parte de la tripulación del Blue Origin, compañía del multimillonario Jeff Bezos. Katya voló como parte del programa Citizen Astronaut Program patrocinado por Space for Humanity (S4H).
Aunque pueda parecer lejano, cada vez más jóvenes mexicanos consiguen llevar a cabo sus proyectos y formarse dentro de la NASA, con lo cual pueden acceder a nuevas oportunidades profesionales. Y, ¿quién lo dice? Tal vez en el futuro cada vez haya más mexicanos ingenieros y tripulantes de misiones en el espacio exterior.
La NASA abre sus puertas
Una de las mayores puertas de acceso a los estudiantes es el International Air and Space Program (IASP), donde año con año los jóvenes pueden formarse durante una semana en las instalaciones de la NASA para mejorar sus habilidades en el campo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Este año, la NASA dio a conocer un listado de 60 personas jóvenes seleccionadas para formar parte del programa, en las que figuran varias estudiantes mexicanas de diferentes planteles y estados, entre los que se destaca la coahuilense Karla Sofía Padilla de ingeniería industrial en el Tecnológico de Saltillo.
Karla fue elegida tras haber presentado su proyecto “Mariposa Monarca Cero”, cuyo objetivo principal fue mejorar el área médica de la nave para brindar una mayor seguridad a los tripulantes, toda vez, que la mariposa es esa nave que escanea fallas y se transforma constantemente.
Otra de las estudiantes mexicanas que fue seleccionada fue Mónica Ortiz Álvarez, oaxaqueña que se formó en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), quien ya ha tenido estancias en la Universidad de Harvard, la UNAM y la Universidad de Antioquia en Colombia.
Un sueño que requiere apoyos
Para los jóvenes que son seleccionados para ir a este programa de formación de la NASA no sólo se trata de un reto académico o de habilidades. También hay que luchar con la parte económica, ya que ellos mismos deben cubrir diferentes costos que pueden llegar a los 4 mil dólares, una cantidad que no es nada fácil de costear.
En el caso de Karla Sofía Padilla, el alcalde de Saltillo, José María Fraustro le ofreció el apoyo necesario para que pudiera cubrir los costos de su participación en el programa. Pero en otros casos son los propios estudiantes los que deben buscar donaciones o patrocinios particulares para participar.
Ivana Naomi Millán Flores es una alumna del Tec de Monterrey estudiando el octavo semestre de la carrera Ingeniería en Biotecnología en el campus Estado de México, y es otra de las seleccionadas al International Air and Space Program, por lo que ha lanzado una campaña de donaciones a través de sus redes sociales para cubrir los gastos.
“Quiero aprender mucho más de la rama de la ingeniería aeroespacial y conocer a personas de todo el mundo que les apasiona lo mismo que a mí”, le dijo en entrevista al portal Conecta. “Además, es también una competencia internacional donde se trabaja en equipo en un proyecto para llevarlo a la Estación Espacial Internacional de la mano de los especialistas de la NASA”.
Así que el espacio sigue atrayendo a los jóvenes soñadores que buscan un camino en las ramas de la ciencia y la tecnología. No está de más recordar que lo mejor que podemos hacer es fomentar y apoyar sus vocaciones y sus trayectorias académicas. Con el deseo de que en un futuro sean más los mexicanos que aporten conocimiento para todos.