Los felinos son algunos de los animales más fascinantes de la naturaleza. Desde el gato común hasta los grandes felinos, su carácter, su pelaje y sus dotes en la cacería han fascinado a muchas personas, desde biólogos hasta poetas, y no cabe duda de que estas especies aún guardan muchas cosas por conocer.
El origen de los felinos tiene una antigüedad de más de 50 millones de años, cuando el linaje de cánidos y felinos se dividió para dar origen a estos dos grupos. Entre 20 y 16 millones de años atrás apareció el primer felino verdadero, llamado Pseudaelurus, del cual descendieron los tigres dientes de sable extintos hace 9 400 años y los demás felinos actuales.
Según los expertos, en el continente americano habita una tercera parte de los felinos del mundo, de los cuales cinco son tropicales: el jaguar, ocelote, tigrillo, margay y jaguarundi; seis son afines a sitios templados o fríos: lince canadiense, gato montés, gato andino, gato de mato, gato güiña y gato de las pampas; y uno más, el puma, se encuentra en todo tipo de ambientes.
Sin embargo, los felinos del continente se encuentran ante graves peligros, e incluso varias de ellas están en peligro de extinción. Gerardo Ceballos y Rurik List, en el libro Los felinos de América, mencionan que su presencia indica que un ecosistema está razonablemente bien conservado, y que los esfuerzos de su conservación ayudan a muchas otras especies.
“No podemos ni siquiera imaginar cómo sería un mundo sin la presencia de jaguares, ocelotes o pumas, en el que vastas regiones de bosques y selvas permanecieran eternamente en un profundo silencio por la ausencia de estas especies maravillosas. Es nuestro menester lograr que sobrevivan a los embates de estos tiempos, que conllevan grandes retos para la conservación de la naturaleza”.
¿Cuáles son algunos de los habitantes felinos más famosos del continente?
El jaguar, dios de las selvas
Entre las espesas selvas del centro de América, el jaguar se ha destacado como uno de sus habitantes más cautivadores. En México, los antiguos pobladores prehispánicos sintieron temor y veneración por él. Para los mayas, era un dios del inframundo. Para los aztecas, el dios Tezcatlipoca.
El jaguar es el depredador más grande y poderoso de los trópicos. Con su fuerza es capaz de abatir presas de hasta 300 kilogramos de peso, como tapires y ganado doméstico. Come especialmente mamíferos, pero también aves, reptiles y animales marinos.
Hasta inicios del siglo XX los jaguares habitaban un vasto territorio que iba desde Arizona y Nuevo México hasta las selvas de Misiones en el norte de Argentina. Sin embargo, la deforestación y la intervención humana ha reducido su hábitat y minado sus poblaciones. Actualmente el jaguar se encuentra en la categoría de “casi amenazada” de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En México está catalogado como una especie en peligro de extinción y su cacería está vedada desde 1987.
El puma, amo de todo el continente
Desde los bosques de los grandes parques de Estados Unidos y Canadá, hasta las frías sierras del sur de Chile, ningún otro felino tiene una distribución tan grande, ni ha podido adaptarse a tantos ecosistemas como el puma. Su nombre proviene de la lengua quechua y significa “poderoso”, y no podría ser más apropiado.
Por su misma extensión, el puma ha adaptado su dieta a los espacios que le toca vivir. En el norte de América su principal presa son los venados, y compite con otros animales como el coyote o el oso en cuanto a la búsqueda de alimento. En el sur de América, sus presas son vicuñas y vizcachas, y suele vivir en zonas de mayor altitud.
Si bien en México no se encuentra registrado como especie en peligro de extinción, sí está sujeto a diversas regulaciones. Se requieren permisos especiales para su caza y exportación. En Estados Unidos algunas subespecies de pumas están amenazadas y otras directamente se han extinguido, como es el caso del puma del este norteamericano (Puma concolor couguar).
El gato montés, habitante del frío
No todo son grandes felinos cuando hablamos de la variedad de estos animales en el continente americano. También existen felinos de tamaño medio que habitan en los bosques fríos y templados del continente, muchas veces conviviendo de cerca con los humanos, y también en riesgo por su actividad.
El gato montés, también conocido como lince rojo, se distribuye desde las regiones frías y áridas del sur de Canadá, casi todo el territorio de los Estados Unidos de América, hasta Oaxaca en el sur de México; en esta amplia región se le puede encontrar en muy distintos ambientes, desde bosques de coníferas y encinos hasta matorrales xerófilos, pastizales y desiertos. Es un felino de tamaño medio, pesa unos 10 kilogramos, con características orejas puntiagudas con pinceles en la punta.
La dieta del gato montés consiste principalmente de conejos y liebres, pero también consume ratas, ratones, aves y pequeños reptiles. Y aunque no se encuentra propiamente en peligro de extinción, la reducción de sus hábitats y la actividad humana hace que su existencia sea cada vez más amenazada.