Decir agua y ecosistema es hablar de una pareja inseparable. ¿Cómo concebir la vida en la tierra sin la presencia del agua? Pero así como en ecosistemas áridos la lucha por el agua se vuelve una tarea complicada, hay otros cuya existencia está basada en una relación constante con el líquido.
Los humedales son ecosistemas que se sostienen, permanentemente o por determinado periodo, bajo el agua. Entre ellos encontramos deltas, esteros, bañados, lagunas, costas marinas o manglares, entre otros. Pero también arrecifes de coral y otras áreas marinas de baja profundidad.
Básicamente los humedales son zonas de tierra inundadas de forma temporal o permanente. El agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones. Se distinguen también por sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a sus períodos de anegamiento y sequía.
México tiene actualmente 142 sitios designados como ”humedales de importancia Internacional” (según el Convenio de Ramsar, que definió en 1971 la protección de estos ecosistemas), que abarcan una superficie de 8 millones 657 mil 57 hectáreas. Tener sitios con esta catalogación obliga al país a emprender las acciones necesarias para su protección y conservación.
El manglar, vital en México
Los manglares son uno de los humedales más distintivos de México, y por lo mismo uno de los más amenazados. Los mangles son una especie arbórea que vive a lo largo de costas, ríos y estuarios en las zonas tropicales y subtropicales, que mantienen parte de sus troncos y raíces debajo del agua salada o salobre.
Los manglares son notablemente resistentes. Con sus raíces sumergidas en el agua salada prosperan en condiciones calientes, fangosas y saladas que rápidamente matarían a la mayoría de las plantas.
México es el cuarto país del mundo con mayor superficie de manglares, con una extensión de 775 mil 555 hectáreas, distribuidos en las costas de 17 estados de la república, que representan aproximadamente el 5 por ciento de la cobertura total mundial.
¿Por qué se están secando los humedales?
De acuerdo con un análisis del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), el 15 por ciento de los humedales en México se encuentran concesionados o asignados para la realización de actividades mineras, lo cual pone en riesgo la permanencia de estos ecosistemas de gran importancia ambiental y biológica.
El deterioro de los manglares tiene que ver con procesos de deforestación, tala y fragmentación del paisaje, modificación del flujo del agua y apertura de barreras naturales, acuicultura, contaminación de cuerpos de agua, desarrollo turístico, pesca, agricultura y ganadería, urbanización costera, explotación petrolera y azolvamiento. Todo ello vinculado a diferentes políticas públicas.
En México, la regulación de los recursos naturales está dirigida a preservar a las especies o ecosistemas, pero no a regular el uso de suelo donde se encuentran las mismas, así que en una zona en la que se encuentran humedales de gran importancia ambiental puede estar autorizada la agricultura o la minería.
¿Qué se puede hacer?
La importancia de los humedales, particularmente de los manglares, radica en que proveen beneficios ambientales de vital importancia como el control de inundaciones, protección contra huracanes, fuente de nutrientes para ecosistemas vecinos como arrecifes de coral y captura de gases de efecto invernadero.
Como en muchos otros temas ambientales, las mejores estrategias y políticas públicas han sido aquellas que promueven la participación comunitaria en la conservación del ecosistema. Por ejemplo a través del establecimiento de una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) o del turismo sustentable.
Los humedales son parte indispensable de nuestra riqueza ambiental mexicana. El primer paso para ayudar a su conservación es conocerlos mejor, y saber que hay lugares donde el agua no sólo es fuente de vida, es también el hogar y el entorno donde se desenvuelven plantas y animales vitales para nuestro futuro.
Fuentes
CCMSS: Peligran los humedales en México por mega proyectos extractivos y agroindustria.