Por: Laura Puentes
Más allá de las tradiciones de Navidad y el Día de Reyes, esta misteriosa estrella ha llamado la atención de los astrónomos, y varios piensan que pudo tener una explicación científica.
En estas fechas donde hay celebraciones en familia y festejos por la Navidad y el Día de Reyes, encontramos un misterio que durante años se ha estudiado en todo el mundo. Se trata de la Estrella de Belén.
En la Biblia y otros escritos religiosos se puede leer una descripción de la estrella que vieron los magos y la cual los guió hasta Belén, ya que, según los textos, esta estrella señalaba el lugar donde nació Jesús. Sin embargo, diversos astrónomos han buscado una explicación científica a este suceso. Es posible que una gran estrella se viera ya hace ya dos milenios, y su origen se ha vuelto una de las mayores incógnitas.
El profesor David Hughes, astrónomo de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, publicó su primera reseña de las teorías sobre la famosa estrella en la década los setenta. En sus escritos habla sobre una triple conjunción entre Júpiter y Saturno: ambos planetas acercándose en el cielo tres veces durante un corto periodo. “(Esto ocurre cuando) hay una alineación entre el Sol, la Tierra, Júpiter y Saturno”.
Los astrónomos y astrólogos reportaban presagios a los reyes, cualquier cosa fuera de lo común: tal vez la luna pasando frente a un planeta o un eclipse lunar. Su trabajo era interpretar el significado de estos fenómenos. Es por esta razón que los cielos se volvían fundamentales para poder predecir lo que sucedería.
Cometas o novas
Otra de las explicaciones que se da sobre la Estrella de Belén, es que posiblemente fue un cometa, ya que en diversas imágenes se le retrata como un cometa que pasaba por el desierto, que los Reyes Magos seguían hacia un lugar determinado.
El registro más oportuno fue de un brillante cometa que apareció en la constelación de Capricornio el año 5 antes de Cristo, del cual dejaron constancia astrónomos chinos. Dado que los cometas pueden aparecer “de pie” sobre el horizonte, quienes favorecen esta teoría puntualizan que se habría visto hacia el sur de Jerusalén, con la cabeza cerca del horizonte y la cola hacia arriba.
Por otro lado, el doctor Robert Cockcroft, administrador del Planetario McCallion en la Universidad de McMaster, en Ontario, señala que una nova es “una buena candidata” para la estrella de Belén. Sin embargo, habrían sido necesarios otros “presagios” para causar el viaje de los magos al oeste. A Jerusalén les habría tomado meses llegar y “para entonces la nueva estrella podría haber salido en el cielo para aparecer en el sur”.
Sea cual sea el origen de esta enigmática estrella, la verdad es que ha pasado a formar parte del folclore de la Navidad y un elemento clave en pinos y nacimientos. Un recordatorio de que, más allá de presagios y anuncios, el cielo nos ofrece toda una serie de sucesos extraordinarios.