El temor a una nave extraterrestre alertó a la población de Estados Unidos el 30 de octubre de 1938 con la lectura en radio de una obra literaria.
Las teorías sobre el fin del mundo comenzaron con la aparición en el espacio del objeto denominado OGLE-2016- BLG-1190Lb. Trece veces mayor en tamaño que Júpiter y a 22,000 años luz del sistema solar. Podría ser una estrella, un planeta o una gran nave extraterrestre como la que alertó a la población de Estados Unidos el 30 de octubre de 1938 con la lectura en radio de una obra literaria.
Cuando el reloj del Central Park en Nueva York marcaba las ocho de la noche y miles de personas desempleadas por la Gran Depresión hurgaban esperanza en sus bolsillos, Orson Welles, productor de cine, tomó el control de la cabina de la Columbia Broadcasting System (CBS) y narró la novela La Guerra de los Mundos (1898) de Herbert George Wells, después de interrumpir un concierto de música clásica. Para esto, la misma CBS y sus estaciones de radio asociadas, habían comunicado que el programa se trataba de adaptaciones de obras literarias a cargo del Mercury Theatre, pero los radioescuchas creyeron que la noticia era real. ¿No prestaron atención al inicio de la transmisión? ¿O sintonizaron tarde el radiodifusor?
Empezaba con la noticia: “Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles una noticia de último minuto procedente de la agencia Intercontinental Radio. El profesor Farrel del Observatorio de Mount Jennings de Chicago reporta que se ha observado en el planeta Marte algunas explosiones que se dirigen a la Tierra con enorme rapidez. Continuaremos informando”.
El guión estaba elaborado a la perfección, acompañado de efectos de sonido y ambientaciones. Después del primer corte, la emisión que alcanzó hasta 12 millones de personas en los Estados Unidos y duró 59 minutos, prosiguió:
“Damas y caballeros, tengo que anunciarles una grave noticia. Por increíble que parezca, tanto las observaciones científicas como la más palpable realidad nos obligan a creer que los extraños seres que han aterrizado esta noche en una zona rural de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor procedente del planeta Marte”.
Pánico entre los radioescuchas
Reportes judiciales de aquella época, cuentan que miles de personas presas del horror por la idea de ser invadidas por extraterrestres, salieron armadas de sus casas y otros colapsaron de tráfico las carreteras. Incluso los teléfonos de las comisarías recibieron llamadas de personas que aseguraban haber visto a los invasores.
Para dar mayor dramatismo, un supuesto testigo instruido por Orson Welles, quien se identificó como Carl Philips, en vivo desde Grovers Mill, en el Estado de Nueva Jersey, testificó:
“Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado… ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien… o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos… ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea…”.
La transmisión terminó con la supuesta muerte de Welles, quien dejó el micrófono a causa de los gases que aventaban los extraterrestres. Al día siguiente, Orson Welles tuvo que proporcionar una rueda de prensa para explicar los motivos de la transmisión y el plan que idearon con la CBS, cuyo objetivo no era causar pánico y mucho menos lanzarlo a la inmortalidad. Como finalmente pasó.