Ana Paola siempre quiso estudiar una carrera que le ayudara a salvar el mundo. Y su mundo, de pequeña, eran las granjas y sembradíos de frutas y hortalizas que abundan en la Comarca Lagunera. A veces el calor era tan fuerte que una rebanada de melón, o agua de esta fruta, refrescaban el momento al lado de papá.
Años después, desarrollaría una bebida de melón natural en polvo, en parte para apoyar a los trabajadores de los campos agrícolas de los estados de Coahuila y Durango, en el norte de México.
Le llamaba la atención como crecía el melón en el campo, sus enredaderas; las personas que cargaban la fruta en camionetas para llevarlas a la ciudad. Todos esos escenarios los conoció cuando acompañaba a Valentín, su papá, un ingeniero agrónomo que la llevaba al trabajo para pasar el mayor tiempo posible juntos.
– En la parte de la ciudad veía mucho como estaban las camionetitas en todas las esquinas, empezaban vendiendo la bolsa con 5 melones a 20 pesos, y luego a los tres días ya estaba a 15 pesos y así hasta que el melón se iba pudriendo. Una vez hubo una protesta porque a los campesinos no se los querían comprar las tiendas de autoservicio, fueron y tiraron todo el melón a las Presidencias de Matamoros y de Torreón. Ahí fue cuando me empecé a interesar un poquito más.
Ana Paola Jáuregui Fuentes estudió ingeniería en Bionegocios y trabajó en la industria alimentaria, encargada en departamentos de investigación y desarrollo de calidad. Durante el inicio de la pandemia, su papá falleció y, ante la situación familiar que atravesaba, decidió emprender, el primer paso fue ingresar a estudiar la maestría en bioquímica, al tiempo que desarrollaba The Yum Lab, una empresa enfocada a la asesoría del desarrollo de alimentos. En sus estudios, asesorada por catedráticos de la Universidad Autónoma de Coahuila, ideó el concepto de melón en polvo.
–Desde chiquita crecí viendo esta problemática del melón, de los productores que se les echaba a perder su producto, y siempre tuve la inquietud de que había que hacer algo. Así que quise tener un emprendimiento social. Fue como como surgió todo.
Primero pensó en alguna bebida fermentada, pero cuando conoció la tecnología del spray dryer, su visión cambió.
–Con esta tecnología lo que haces es secar el melón y casi el 90 por ciento del melón es agua. Se pasa por una cama, primero se tiene que hacerse líquido y ya del líquido, se evapora todo el agua y todos los sólidos totales. Nutrimentalmente el melón se queda encapsulado y eso es lo que queda como polvo. Lo que nosotros hacemos es convertir de de un líquido a un sólido.
El proyecto, contó Ana Paola, consiste en trabajar con el llamado melón de “pachanga”, que es el producto que comercialmente no tiene un valor, porque es pequeño, está dañado y no es atractivo para la venta en tienda, pero conserva buen sabor y, generalmente, se usa para alimentar ganado. Este melón ella lo convierte en líquido, después es pasado por el spray dryer y al final quedan secos todos los nutrientes.
Ana Paola Jáuregui decidió entrar al certamen “Fuerzas que emprenden”, organizado por CANACINTRA Torreón, con el estudio “Valorización del cultivo de melón para disminuir la perdida post cosecha de productores de la Comarca Lagunera mediante el desarrollo de jugos en polvo por secado de aspersión”, en el que dio a probar a los jueces una bebida en polvo a base de melón. Y ganó.
Recibió un estímulo económico que invertirá en el desarrollo de su bebida, con una visión de emprendimiento social.
–Nos queremos establecer en Torreón, o en Matamoros porque estratégicamente es mejor allá, queremos iniciar con el melón para que también pueda ser comprado a un precio justo, en un comercio más regulado. Y queremos ese jugo hacerlo una bebida funcional y adicionar algún tipo de nutriente como probióticos o electrolitos.