Huesos lamidos por el sol es un cuento de Alfonso Orejel que narra la travesía de un niño al cruzar la frontera para buscar a su padre ausente. Para ello, el autor nacido en Los Mochis, Sinaloa, usa una narración poderosa.
Este niño, Roque, extraña a papá, de él solo sabe que un día se fue rumbo al norte. En sus recuerdos siempre está presente y con ese impulso emprende un viaje lleno de peligros pese a las advertencias de la gente que lo aprecia.
–Muchos libros, cuentos, poesías, abordan el tema de la migración, parece lugar común y se pudiera pensar que es un libro más sobre esto, pero todo depende de cómo cuentes la historia. En mi caso, a través de un realismo exacerbado, con elementos fantásticos: juego con las emociones del protagonista. Por eso aparecen los zopilotes, los fantasmas, ciertos personajes malvados comunes en la travesía al norte.
En la historia, ilustrada por Ricardo Sánchez Bobadilla, Alfonso Orejel platicó que buscó contar una historia tantas veces contada, pero atractiva literariamente; cautivadora, sin un final feliz, más bien con un cierre abierto que el lector pueda interpretar.
Escribir para niños
Alfonso Orejel Soria está interesado en construir literatura para niños que se atreva a romper con ciertas reglas y con temas que parecen prohibidos, como la migración.
Esta historia la pensó para niños a partir de 10 años, por el tipo de lenguaje y lo complejo del tema. Lo situó en el sur de México, en una comunidad agrícola que vive en la precariedad, donde el padre se ve forzado a buscar el sueño americano, pero se pierde su rastro.
–Este libro no plantea una visión ñoña de la infancia, ni de la migración, ni lo idealizado, sino que lo planteo como es. No le puedes cerrar los ojos a los niños sobre estos temas porque saben que existen. Ellos saben que hay niños que piden limosna, que limpian vidrios, no son ajenos a todo esto, tarde o temprano se dan cuenta y entienden que hay mucho lobo feroz en el mundo.
Alfonso Orejel se ha enfocado en escribir para las distintas etapas de la infancia, dijo que Huesos lamidos por el sol es un libro muy atractivo al que Amonite le abrió sus puertas sin pensarlo.
–No es fácil que se publiquen este tipo de libros, porque además de la migración, está también el tema del abandono, pobreza, acoso sexual, las maras, polleros, extorsionadores. Muchos de mis libros no son publicados, porque a los editores les dan miedo estos temas o me piden que quite cosas, con Amonite existió toda la libertad para ser publicado como en realidad lo escribí.
El sueño americano
Orejel contó que esta historia es la de muchos, incluso gente ‘letrada’ opta por cruzar la frontera en busca de oportunidades, mucho más aquellos que no tienen mayores posibilidades.
–La verdad para mi es muy placentero compartirlo con las ilustraciones de Bobadilla, porque él también hace su narrativa. Es un gran narrador visual y logra esa intensidad y cierre sorprendente. Es un lujo compartir este espacio él”.
Este cuento fue escrito alrededor de hace un año, dijo que trató de escribirla de manera estética, que tuviera tensión, emoción, pero también dosificar el misterio de cada personaje.
–Resultó un texto muy poético, el estilo que yo he manejado. Como narrador, uno trabaja con una materia maleable como es el lenguaje, con eso puedes estrujar al lector, sacudir, sacar del marasmo”.
El escritor mencionó que siempre ha tenido un compromiso con su tiempo y con la realidad, aún habiendo escrito temas más amables para niños pequeños, este tipo de temas tienen que ser abordados.
–Para mí como autor, escribir es también cumplir con una función social, vinculada a la realidad que vivimos, es ponerlos en la mesa de las casas de las personas para que los platiquen. Este libro apuesta a tener los lectores que merece, tiene ilustraciones hermosas, espero que sea una provocación a la lectura y toque el cerebro y corazón de los lectores, además que se ponga el tema de la migración a discusión.
Literatura inteligente
Alfonso Orejel es autor de libros como Consumidores de pesadillas, La mirada del mal, Escombros del paraíso, El sendero de los gatos apachurrados y La sombra, dijo que le interesan los lectores que rondan en los 10 y 14 años.
Ahora le resulta más complejo escribir para niños más pequeños, porque a los grandes les ha contado historias de terror y temas que los atañen en la vida diaria.
–Yo escribo pensando en el niño como un ser absolutamente inteligente, los bobos ponen diminutivos, explican mucho, usan un humor simplón, yo trato de pensar mirando a mis nietos, bromeo con ellos, veo cómo se llevan, tener esa experiencia de contacto. Al escribir, lo hago con un lenguaje coloquial, siempre tratado de hacer literatura de calidad y apuesto al pensamiento, inteligencia, y sensibilidad de los niños.
Ilustra la realidad
Ricardo Sánchez Bobadilla, el ilustrador de la historia, recordó que cuando lo invitaron a ser parte de este proyecto, llegó a hacer más de 40 imágenes, las cuales redujo a la mitad para que realmente se complementaran con la historia.
Es la primera ver que configura una historieta de este tipo y que a diferencia de lo que hace de manera periódica, le permitió tener mayor tiempo y libertad creativa.
–Empecé a elegir lo más relevante para destacarlo: los cuervos, los mara salvatrucha, los huesos encontrados en el desierto, el túnel. Poncho me decía que me explayara más, que fuera más imaginativo, de ahí resultó que el tren fue como un gusano con patas y venenoso. Cuando el niño decide ir a buscar a su papá, todo mundo le dice que no lo haga, lo asustan, le dicen que la bestia es un animal, un monstruo, pensé en eso para hacer las imágenes.
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