La depresión es real, Elisa lo sabe. Diario vive con una tristeza que no se quiere ir. Dice que ese sentimiento se la ha pegado por dentro y por fuera. Ya no disfruta de la escuela, se enoja con facilidad con sus compañeras y en su casa también. Se siente insuficiente, insignificante, como una mariposa azul que tiene las alas dolorosamente perforadas con alfileres y no puede volar. A ratos quisiera desaparecer “así nada más”.
En México 10 de cada 100 mil jóvenes de entre 12 y 24 años han tenido ideas suicidas, pensamientos que se convierten en el punto más alto de un proceso depresivo. Con cada generación llegan más campañas con información para atender y no dejar pasar desapercibidos estos signos en la juventud, pero son más y más las chicas y chicos que sufren y no saben cómo manejarlos.
Arcelia Ayup Silveti (Matamoros, Coahuila) es la autora de El vuelo de Elisa, una novela juvenil sobre el día a día de una niña que siente demasiada tristeza y no sabe qué hacer con ella. La también columnista ha publicado las obras Evocaciones del sabor y del alma. Placeres gastronómicos (2011); De latidos y biznagas (2013); Escondrijos de la luna (2017), y Dos vidas (2020). Además, es docente en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Autónoma de Coahuila; ha sido esta actividad la que la ha acercado a jóvenes que decidieron quitarse la vida. Así, aporta al mundo literario esta trama para abrir conciencias y ayudar a que “quienes estamos rodeados de jóvenes detectemos los focos rojos de la depresión y sepamos qué hacer”.
La autora comenzó a escribir esta historia en 2018 y tardó un año y medio en trabajarla hasta darle la forma de una novela que visibiliza y aleja del tabú a quienes se sienten tristes y están en silencio: “Cuando tenemos alguna enfermedad de otro tipo no nos da vergüenza decir que tenemos un problema de hígado o que nos duele la cabeza; por eso las enfermedades mentales deberían platicarse con normalidad”.
Elisa se convierte en un espejo en el que se puede reflejar cualquiera que tenga necesidad de ponerle nombre a los sentimientos que parece que no lo tienen, y también para quienes están buscando la manera de apoyar a quien lo padece.
Una historia llena de empatía
La autora hace un esfuerzo en toda la historia por aportar información que ayude a los jóvenes que con gritos sordos pueden estar pidiendo ayuda desesperadamente. La empatía se convierte en la red que atrapa desde el primer renglón. Con un gran detalle en la descripción de emociones, pensamientos y estados de ánimo, la escritora lleva al lector a ponerse las alas de Elisa y volar el mismo rumbo de esta niña que, en medio de jóvenes poco empáticos y un mundo que gira a un ritmo convulso, trata de apreciar más colores que el azul que la inunda.
En su escuela la maestra de Elisa personifica a quienes, por falta de empatía o ignorancia emocional, minimizan la depresión diciendo que los seres humanos debemos ser fuertes y conocer que en la vida no todo es bondad.
“Cuando la tristeza es larga, deja de llamarse así y es momento de apoyar”, apunta Arcelia y nos da la oportunidad de conocer a Elisa en su doloroso esfuerzo día con día para entender que lo que siente es real y poder enfrentar procesos, internos y externos, que la llevarán a convertirse en una mariposa más valiente, amorosa y libre.
El tiraje fue de 1000 ejemplares, y en la compra de cada libro, Fundación Amonite para la Comunicación de la Cultura y la Ciencia, donará otro a causas de beneficencia.
El vuelo de Elisa puede ser adquirido escribiendo al Whatsapp (844) 1297379, con envíos a todo México.