La libertad de poder acceder y estudiar cómo funciona una tecnología y el poder compartir ese conocimiento con otras personas puede traer enormes beneficios para Latinoamérica.
Por: Laura Puentes
La tecnología avanza día con día, brindándonos cambios en diversos aspectos cotidianos, y, sobre todo, facilitándonos muchas de las actividades que hacemos a lo largo de nuestras vidas.
El 2020 ha sido un año en el que la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19 generó un avance inmediato en el área médica y aunado a esto toda una serie de avances técnicos que han permitido llevar un control más eficiente de la emergencia.
Hace unos meses el Centro Cultural de la Ciencia en Argentina presentó una charla virtual impartida por Alejandro Nadra, doctor en Ciencias Químicas, y Juan Fernández, integrante del proyecto Boid, donde abordaron el tema de las tecnologías libres y lo que han aportado a la crisis sanitaria.
¿Qué son las tecnologías libres?
El concepto de tecnologías libres se define a partir de ciertas libertades asociadas a la tecnología, así que cuando se habla de tecnología en este marco se hace mención al conocimiento. Se trata de la libertad de poder acceder y estudiar cómo funciona la tecnología (planos, diseños, códigos, esquemas) y el poder compartir ese conocimiento con otras personas.
“Yo cuando estoy hablando de una tecnología, como como podría ser un celular, no estoy hablando en particular del dispositivo, sino de todos los conocimientos que operan para para permitir que eso exista y para permitir que eso sea usado”, comentó Juan Fernández.
Tecnología libre o tecnología propietaria
El incentivo principal de la producción tecnológica es la ganancia monetaria. Algo que lleva muchas veces a dinámicas monopólicas. Entonces, es interesante pensar las tecnologías libres como un paso a la democracia respecto de la producción tecnológica. Las tecnologías libres se deslindan del incentivo de la producción y del interés principal en la maximización de las ganancias.
“Cuanto más territorialidad hay en los conocimientos, cuanto más necesidad de sostener y ocultar los conocimientos propios al resto -algo que se incentiva dentro de la industria propietaria-, empiezan las trabas al desarrollo colaborativo. La industria de tecnologías libres rompe con eso, permite un desarrollo tecnológico mucho más libre, es mucho más profundo, mucho más acelerado para resolver distintas problemáticas”, dice Fernández.
El uso que se le da a la tecnologías, sorprendentemente, muchas veces reduce los costos de acceso. Así que cuando se tiene una gran industria produciendo la tecnología se deberían abaratar los costos de producción. Pero por cómo se dan las patentes y las dinámicas monopólicas se terminan inflando los precios.
“Hay una cuestión muy estrecha, entre lo que es directamente romper con el sistema de patentes y tener licencias que no te impidan legalmente tener las libertades tecnológicas. Pero no se queda ahí, no se queda solamente en las licencias libres para garantizar las libertades, para que cualquiera pueda usar las tecnologías y distribuirlas”, comenta Alejandro Nadra.
Importancia de las tecnologías libres en la crisis sanitaria
En el marco de la crisis sanitaria es mucho más importante el tema de las tecnologías libres. Este suceso ha puesto en evidencia los límites del modo de producir tecnologías de la industria propietaria y los beneficios de contribuir al movimiento tecnológico de tecnologías libres y abiertas.
“Más allá de la cuestión de la eficiencia, más allá del combate al virus, tiene que ver con cuestiones mucho más humanas y mucho más de importancia democrática y de soberanía sobre nuestras propias vidas”, menciona Nadra.
“Estamos viviendo en entornos de cuarentena. Estamos relacionándonos con otras personas, vivimos nuestros lazos familiares comunitarios. Muchas veces hablamos a través de estas plataformas en entornos educativos y no tenemos la capacidad de decidir respecto de cómo usamos la tecnología. Entonces, las tecnologías libres permiten romper con la idea de usuario pasivo y de usar la tecnología sólo como se dispone”, añadió Alejandro.
“Entonces, cuando las tecnologías de base son abiertas o mucho mejor, libres, permiten que muchos otros construyan en paralelo sobre eso y generen muchas más alternativas”, explica el doctor Nadra.
Nadra y Fernández, junto con más estudiantes y profesores buscan, que esta filosofía de tecnología libre se aplique para resolver problemas latinoamericanos, donde podrían adaptarse a las necesidades y capacidades económicas de la región, que no son las mismas que las del primer mundo.