Al momento de gestionar una reserva natural se deben tener en cuenta factores como el espacio, y las especies que la habitan. Científicos desarrollan nuevos modelos para hacerlas más eficientes desde el punto de vista ecológico y económico.
Laura Puentes
En la Tierra conviven animales y plantas en los diferentes ecosistemas, los cuales logran un equilibrio para el desarrollo y preservación de cada región. Sin embargo el ser humano poco a poco ha terminado con muchas especies, además que las alteraciones climáticas han contribuido a la extinción de diversos seres vivos.
Las reservas naturales son áreas de vida silvestre (flora y fauna) que se encuentran bajo la protección y el manejo del ser humano, cuyo objetivo primordial es la conservación de su biodiversidad. Además, aportan posibilidades de estudio y de investigación.
Sin embargo, su gestión es un reto para los gobiernos nacionales y locales, que deben asegurarse de que las reservas cumplan su función de protección de la biodiversidad y a la vez lidiar con problemas económicos y de presupuesto para administrarlas.
Una investigación conjunta entre académicos de la Qingdao Agricultural University y la Ocean University (China), y de Portland State University y la University of Illinois (Estados Unidos) han desarrollado un nuevo modelo computacional que ayuda a la gestión de reservas naturales.
El modelo utiliza el concepto de trayectoria en la teoría de grafos para asegurar la contigüidad y minimizar la suma de distancias entre sitios seleccionados y un sitio central en reservas individuales, para de esta manera promover la compacidad de las especies que las habitan. La teoría de grafos es una rama de la matemática que estudia vértices o nodos unidos por enlaces, que permiten representar las relaciones entre elementos de un conjunto.
¿Sabías qué?
En los últimos cuatro años, el presupuesto destinado a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas en México, organismo descentralizado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ha ido descendiendo: en 2016 contó con 1300 millones de pesos y en 2020 se le otorgó 867 millones.
Fuente: Animal Político
En esta publicación los expertos tratan de plasmar la importancia de estudiar y verificar que el espacio donde se realice la reserva sea el mejor para que las especies se desarrollen de mejor manera más óptima.
“La optimización de la planificación de la conservación para múltiples especies que conviven debe tener en cuenta las necesidades espaciales de esas especies y los atributos espaciales de los sitios para aumentar la eficacia y la eficiencia de las reservas”, señalan los científicos.
Los realizadores del estudio indican que en la actualidad se deben aplicar principios matemáticos, computacionales y de biología para lograr que las reservas cumplan perfectamente su función de conservación.
Reservas naturales, vitales en la conservación
Alrededor del mundo existen unos 30 millones de especies animales y vegetales distintas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cifra en 1,000 las que se encuentran en peligro de extinción y en 17,000 las amenazadas.
Es por esta razón que se han creado áreas naturales protegidas. Estas son zonas definidas geográficamente, designadas y administradas con el propósito de lograr objetivos específicos de conservación, según el Convenio de Diversidad Biológica (CBD).
Para crear estas zonas de conservación se selecciona un territorio en el cual viven especies endémicas, es decir, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Principalmente se busca protegerlos de las actividades de explotación humana, pues en la mayoría de estas regiones se encuentra flora y fauna en peligro de extinción.