Edición de audio: CAROLINA ROBLES
Locución adicional: QUITZÉ FERNÁNDEZ
Para un joven que creció en los noventa, apasionado por el basquetbol y los Chicago Bulls, no había mayor objeto de deseo que los tenis de Michael Jordan. Bah, y no sólo los fanáticos de la pelota. Muchos estarán de acuerdo en que no había mejor experiencia que hacerse de un buen par y presumirlo el lunes por la mañana en la escuela.
Miguel García Guerrero era uno de esos jóvenes que anhelaba tener los Nike Jordan 7. “Yo te pongo la mitad, pero tú tienes que ahorrar el resto”, le dijo su padre. Los ahorros fluyeron lento, pero al cabo de seis meses consiguió el dinero. “En el momento que los compré fue la gloria”, dice. Pero justo en ese momento salieron los Jordan 8, y con ese par un nuevo deseo.
“La primera vez que los vi en la tienda, fue como el equivalente a cuando el Rey Arturo ve a la espada Excalibur en la piedra… y ¡el precio también era como el equivalente a la espada! No había manera”, recuerda con una sonrisa.
Al paso del tiempo se hizo de esos y otros pares que fueron generando en él un gusto por el calzado deportivo. Pero también lo llevaron a un interés por la tecnología detrás de ellos. Miguel estudió física y se ha dedicado a la divulgación científica a través de numerosos libros y publicaciones. También tiene una colección de tenis que ronda los 86 pares. Así que era cuestión de tiempo en que ambas pasiones de combinaran.
Y ese momento llegó durante la pandemia. El tiempo de encierro ayudó a Miguel a darle forma a Technis: tecnología, ciencia e historia del calzado deportivo, un libro que hace un recorrido por anécdotas, historias y detalles que los rodean a los tenis.
Así que conversamos vía Zoom con Miguel, quien también es responsable de divulgación en el Museo de Ciencias de la Universidad Autónoma de Zacatecas, para que nos cuente un poco qué hay detrás de este mundo de tela, plástico y materiales de alta tecnología.
De los olmecas a Goodyear: el camino de la vulcanización
En la actualidad los tenis son artefactos sofisticados que ayudan a los deportistas a explotar su rendimiento, y el punto de inflexión fue el descubrimiento de la vulcanización en el siglo XIX por Charles Goodyear. Pero todo comenzó con una planta.
El caucho es un material que se obtiene de distintos árboles originarios de América. Los pobladores de este continente conocían sus propiedades, y según cuenta Miguel, los olmecas ya elaboraban una especie de “tenis” al recubrirse los pies con el látex que se obtenía de las plantas para protegerse al caminar.
“Los olmecas mezclaban el látex con plantas molidas y lo calentaban. Hacían un poco a ciegas el hule vulcanizado por lo menos 500 o 600 años antes que Goodyear descubriera el proceso. Lamentablemente llegan los españoles, quienes buscan imponer más que aprender, y estos conocimientos se hicieron a un lado”.
Fue hasta el siglo XVIII que los europeos “redescubrieron” en Brasil el caucho y lo usaron para elaborar llantas salvavidas y paraguas. Si bien este material es flexible, también era muy sensible a la temperatura y se solía derretir con el calor o quebrar con el frío. Fue Charles Goodyear, un ferretero de Estados Unidos, quien empezó a experimentar de manera empírica con este material hasta que descubrió la vulcanización al mezclar el caucho con el azufre.
“El látex es un polímero, son cadenas de átomos muy largas, y el problema es que el calor separa esas cadenas. El azufre tiende puentes entre las cadenas y lo convierte en una red, haciéndolo mucho más resistente. Esa es la clave de la vulcanización”.
Goodyear no obtuvo beneficios económicos. Otras personas patentaron el procedimiento antes que él, y la empresa que lleva su nombre no tiene nada que ver con su familia. Sin embargo, la vulcanización fue el punto de partida para crear un calzado sigiloso (de ahí el nombre en inglés ‘sneakers’, que hace referencia a los fugitivos) que a la postre sería una tecnología indispensable en el deporte. Y no solo eso: también fue base para la industria automotriz al habilitar el desarrollo de llantas, bandas y mangueras.
Tecnologías que son una máquina del tiempo
Quizá sea una referencia sólo para quienes vivimos en esa época, pero ¿recuerdan los tenis de Marty McFly en Volver al futuro II? En la película de Robert Zemeckis de 1989 Marty viaja a 2015 y se topa con un par de tenis que se ajustan de manera automática al pie del portador.
Miguel nos cuenta que en su momento Zemeckis y Steven Spielberg se acercaron a los ingenieros de Nike para diseñar lo que serían los tenis del futuro. En la empresa sugirieron dejar de lado la idea de unos tenis magnéticos por algo más “convincente”: un par que no necesita agujetas para adaptarse al pie. Todos sabemos que el futuro llega tarde que temprano, y acercándose 2015 era el momento de saber si los tenis de Volver al futuro podrían tener espacio en la vida real.
Tinker Hatfield, uno de los diseñadores estrella de Nike, sabía que uno de los problemas que tienen los basquetbolistas es que al momento de ponerse los tenis están en frío. El pie no ha tenido impacto, no hay dilatación por el calor y no ha fluido la sangre. Al aumentar la intensidad, el volumen del pie aumenta y el apriete suele lesionar a los jugadores. Hatfield pensó un calzado con un motor muy ligero, con sensores que identifican la tensión. Así, conforme el pie se va hinchando, el tenis se adapta al pie del jugador.
“No era sólo la parte fantoche de Volver al futuro, lo desarrollaron como una tecnología dedicada al desempeño. En 2016 empiezan a salir modelos con esta tecnología, para correr y para jugar basquetbol. Algo que literalmente era del mundo de la ciencia ficción ahora existe en el mercado”.
El “Milagro de Berna” estuvo en los tachones
En cuanto a tenis las mayores innovaciones provienen del mundo del basquetbol y del atletismo, donde el desempeño de los pies es vital para bajar esas décimas de segundo que consiguen récords o ese bloqueo que evita una derrota en último segundo. Pero hay otros deportes que también han aportado su granito de arena al calzado.
Uno de ellos -no podía ser de otra manera- es el futbol. Continuamente nos topamos con nuevos modelos que ayudan a los jugadores a mejorar su desempeño en el pasto y el contacto con la pelota, de manera que puedan explotar mejor su talento. Pero hubo un momento en la historia, segùn nos cuenta Miguel, que la tecnología del calzado ayudó a ganar la Copa del Mundo.
1954, Mundial de Suiza. Alemania llega a la final contra Hungría. Los húngaros habían goleado a los alemanes en la fase regular, y todo mundo esperaba un resultado similar. Se pronosticaba lluvia para ese día. Adi Dassler, dueño de Adidas, la marca que vestía a la Mannschaft, visitó al entrenador y le dijo: “Tenemos un arma secreta si llueve mañana”.
“Él había desarrollado unos tachones con los tacos desatornillables. Podía poner unos más cortitos o unos más largos. Los tacos más largos podrían darle mejor agarre a los jugadores”, dice Miguel.
Llega el día de la final, y los húngaros nunca pudieron establecer una buena posición de terreno, no se afianzaron. Los alemanes se encajaban más en el piso, y con un gol de último minuto consiguieron el llamado “Milagro de Berna” que todavía es recordado en la historia del fútbol internacional. Esto de la mano de una innovación tecnológica de Adidas que en la actualidad es de uso común.
¿En México, se pueden fabricar tenis innovadores?
Como podemos ver, mucha de la vanguardia en cuanto a tecnología de calzado deportivo proviene de marcas estadounidenses o alemanas, quienes invierten mucho dinero en el desarrollo de materiales, diseños y patentes. Esto nos lleva a preguntar: ¿Hay fabricantes que innoven en México? ¿Es posible hacerlo en el futuro?
Miguel nos cuenta que muchas marcas nacionales en realidad esperan a que venzan las patentes de marcas como Adidas o Nike para incorporar esas tecnologías en sus diseños. “La única marca que construye cosas que te dan cierto nivel de desempeño, es Pirma. Pero no cuentan con laboratorios de innovación y desarrollo. Tristemente no hay marcas que innovan”.
Por otro lado, en México se cuenta con notable avance en cuanto a la física de materiales y nanotecnología en varias universidades, por lo que sería necesario una colaboración público-privada. No hay marcas mexicanas que puedan tener ganancias para echar a andar un laboratorio independiente, así que la idea sería que se acerquen a las universidades que ya han hecho avances en esos campos.
“Sería importante que alguien le apostara a desarrollar innovación. Entre más tarde te subes al tren de la tecnología, más difícil es hacer algo novedoso. La clave sería que hubiera alguien con la visión para articular a las marcas de tenis con laboratorios que ya existen. Sería lo ideal, pero son colaboraciones complejas”, dice Miguel.
¿Cómo comprar unos buenos tenis?
A fin de cuentas, no todo en el mundo de los tenis es tecnología. Hay que aceptar que a partir de las superestrellas del deporte las zapatillas se han convertido en accesorios de moda y en objetos del deseo para millones de personas. En eso también han aportado su granito de arena músicos de hip-hop, desde Run DMC hasta Kanye West.
Sin embargo, ¿qué hay que tener en cuenta al momento de comprar? En su libro, Miguel incorpora un capítulo que se llama “Guía de compra de calzado”, donde puedes empezar a plantearte qué tipo de tenis necesitas. Y es que la pregunta básica es: ¿para qué los estás comprando?
“¿Quieres tenis para caminar? Adidas tiene la tecnología Boost, Ascis tiene Nova Blast, Nike tiene React, hay cosas muy cómodas. ¿Quieres tenis para jugar al basquet? Depende de qué posición juegas, es distinto el tipo de calzado que vas a necesitar. ¿Los quiero para correr? ¿Cuánto corro? Dependiendo del grado de desempeño y la distancia es el calzado”.
Y, por supuesto, no se puede dejar de lado el estilo. Y es que no todo en este mundo es tecnología y deporte:
“Hay calzado que compro y sé que el día que lo use no voy a estar a gusto, pero es para combinar con algún traje. De unos años para acá es raro que use zapatos con un traje. Hay tenis que uso para tal fin. Hay tenis para combinar con cierta ropa, para echar style. No soy muy del hype, de las ediciones limitadas de Nike con Dior o con algunos raperos, pero hay gente que sí se va por ese lado”.
Así que la próxima vez que te calces unos tenis para ir a anotar unas cuantas canastas o a correr unos cuántos kilómetros, recuerda que en los pies llevas unos pequeños dispositivos tecnológicos que han recorrido un largo camino de innovaciones, diseño y ciencia.
1 comentario en "El científico de los 86 pares de tenis "
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