El Jardín del Desierto, lugar de corazones sagrados

El Jardín del Desierto de San Luis Potosí tiene cerca de 100 especies de cactáceas y suculentas mexicanas. ¡Tienes que conocerlo!

Por: Amonite

El Jardín del Desierto de San Luis Potosí tiene cerca de 100 especies de cactáceas y suculentas mexicanas. ¡Tienes que conocerlo!

Por: Roxana de León

corazón desierto jardín
Ilustración: Frida Luna

El Jardín del Desierto de San Luis Potosí, es un espacio ubicado en las instalaciones del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología (COPOCYT). Este lugar  tiene cerca de 100 especies de cactáceas y suculentas mexicanas. Más allá de ser un espacio decorativo, el jardín es un espacio donde visitantes de todas las edades pueden aprender sobre la importancia del cuidado y preservación de las diferentes especies con que contamos en nuestros ecosistemas y zonas áridas.

En México, la diversidad de cactáceas ha sido considerada como una de las más ricas y variadas del mundo; esto por su situación geográfica, lo accidentado de su fisiografía y sus climas variados; así como también las intensas migraciones recibidas tanto de Norteamérica como de América del Sur y su notable grado de endemismo (que habitan en un solo lugar).

Hoy en día, a las cactáceas se les tiene en gran estima como plantas de adorno. Por esta razón es importante conocer más sobre su manejo sustentable, asociado a su conservación, evitando su compra y venta indiscriminada, situación que pone en peligro varias de las especies presentes en el jardín. 

El origen de las cactáceas de la zona de San Luis Potosí está asociado al Desierto de Chihuahua, el cual se conforma por diferentes estados entre los que se encuentran: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Durango y Aguascalientes y se encuentra en la parte septentrional del Altiplano entre los 1,000 y 2,200 metros de altitud.

Los cactus son muy importantes, ya que dan protección a gran cantidad de especies. Aves, reptiles y mamíferos utilizan sus ramas, troncos y raíces para hacer sus nidos y madrigueras. Las hermosas flores y apetitosos frutos de las cactáceas también alimentan a muchos insectos, aves y murciélagos. Por eso nuestros ancestros llamaban “corazones sagrados” a sus frutos, y creían que con ellos se podía llegar al cielo.

Un alimento importante

Una de las cactáceas más conocidas son los nopales, que incluyen alrededor de 82 especies en México. Han sido utilizados como alimento desde la llegada de los humanos al continente americano. De sus tallos jóvenes se obtienen los deliciosos nopalitos y el dulce de acitrón. Sus frutos verdes y rojos, conocidos como tunas, se pueden consumir directamente o se utilizan para producir melcocha o queso de tuna.

Entre la población indígena y rural, las cactáceas son un recurso alimenticio importante por el agua que contienen sus tejidos, la gran cantidad de carbohidratos en sus frutos y por las proteínas y grasas de sus semillas.

Un uso importante que proveen las cactáceas es el forraje, sobre todo en épocas de sequía, cuando es más problemático que el ganado encuentre alimento de forma natural por las condiciones del clima. Por lo tanto, esta alternativa de alimentación resulta promisoria dentro del manejo sustentable de la producción ganadera.

Las cactáceas también sirven para la protección y mejoramiento de los suelos, como material de construcción y hasta para combustibles. Con la biomasa del nopal se puede producir biogás y electricidad que por su proceso de obtención puede llegar a ser 40% más barata que la energía ofrecida hoy en día además de que dañaría menos al ambiente. De ellas, también podemos obtener alcohol y vinagre, colorantes, fármacos, jabón, setos vivos y sirven como fuente de mucílagos, gomas y pectinas, utilizados en la industria cosmetóloga y gastronómica. No hay duda de que las cactáceas son representantes muy importantes de la biodiversidad, ya que la gran mayoría son endémicas de México.

Metabolismo único

El éxito de los cactus, que proliferan en condiciones extremas para la mayoría de las plantas, radica en su proceso fotosintético distinto llamado metabolismo de ácido crasuláceo o CAM, por sus siglas en inglés.

Estas plantas realizan parte de la fotosíntesis en la oscuridad a fin de reducir la pérdida de agua cerrando sus estomas (poros) durante el día y abriéndolos durante la noche, periodo en el cual  realizan el intercambio de dióxido de carbono que almacenan en forma de ácido málico y lo convierten en energía química ya en presencia del sol. Esta acumulación de ácido cambia el pH de la planta a lo largo del día. Por eso, cuando se corta  un nopal en la mañana puede saber diferente a otro que se corte en la noche.

Con este jardín, la percepción de los cactus toma nuevos horizontes, ampliando nuestra visión sobre sus usos potenciales bajo las condiciones productivas de la región. También se valora los recursos naturales, vulnerables por las actividades industriales comunes producto de ideas vacías de desarrollo. 

Si quieres conocer El Jardín del Desierto agenda tu visita en www.copocyt.gob.mx, o al correo divulgacion@copocyt.gob.mx.

Un lugar de mucha vida

El Desierto Chihuahuense es el más grande en Norteamérica y el segundo con mayor diversidad a nivel mundial. Es un territorio compartido por México y Estados Unidos que se extiende a lo largo de 630,000 km2 y está delimitado por los dos sistemas montañosos más grandes de México: la Sierra Madre Oriental y Occidental. En el Desierto Chihuahuense viven 350 de las 1,500 especies de cactáceas conocidas en el mundo. La rica diversidad nativa de esta región incluye 333 especies de aves, 23 especies de peces y 76 especies de reptiles y anfibios.

Fuente: World Wide Fund.

800

Especies de cactáceas únicas en el mundo tiene México, de las cuales más del 45% son endémicas. Uno de los más grandes problemas de este cultivo en el país es el desaprovechamiento del potencial comercial que tienen las cactáceas; además de su uso meramente ornamental, gracias a su diversidad de formas y colores de sus flores.

10 de octubre

fue elegido como el Día Nacional de las Cactáceas en México. Estas son utilizadas para la elaboración de aceites, ceras, productos medicinales, y, claro, como alimento.